Para diagnosticar de forma efectiva el LGV (linfogranuloma venéreo) se debe realizar en primer lugar un examen físico para localizar las siguientes señales:
- Fístula de supuración en el área del ano.
- Úlcera en genitales.
- Supuración.
- Hinchazón de los labios genitales de la mujer.
- Inflamación de los ganglios linfáticos inguinales.
Cuando los síntomas son extremadamente graves, se realizan otras pruebas diagnósticas:
- Examen específico de sangre: un análisis de sangre para detectar el nivel de anticuerpos confirmará la sospecha diagnóstica.
- Biopsia de ganglio linfático.
- Pruebas de laboratorio: la prueba más específica disponible es el cultivo de C. trachomatis en el aspirado de un ganglio linfático afectado.
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